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Coccidios en perros y gatos, ¿cómo son estos parásitos?

Seguro que si piensas en parásitos, los que te vienen a la cabeza son los típicos vermes blancos, más o menos largos, ¿verdad? Efectivamente, los nematodos y cestodos (comúnmente llamados tenias) son los que mejor conoce cualquier cuidador de perros y gatos, ya que el poder verlos con nuestros propios ojos es muy ilustrativo y hace que rápidamente acudamos a la clínica veterinaria para saber cómo proceder.

Pero, no todo es tan fácil. Existen más parásitos que son microscópicos, los cuales son imposibles de detectar por el ojo humano, salvo si utilizamos un microscopio, y que igualmente pueden estar afectando a nuestro mejor amigo. Dentro de ellos, se encuentran los coccidios, ¿quieres saber qué son y cómo afectan a los animales estos parásitos? ¡Te lo contamos!

¿Qué son los coccidios?

Estos parásitos son protozoos unicelulares, de escasos micrómetros de diámetro, siendo el género Cystoisospora el más habitual. Dentro de él, son 4 las especies más comunes que afectan a perros y gatos: Cystoisospora canis y ohiensis en perros, y Cystoisospora felis y rivolta en gatos. Durante su ciclo biológico, el parásito pasa por diferentes estadios parasitarios, pero el más relevante para nosotros es el ooquiste, ya que será la forma que podemos detectar en heces y que nos sirva para el diagnóstico.

¿Cómo se produce la infección?

La vía de infección es fecal-oral, por la ingestión de ooquistes esporulados. Una vez que el animal ha ingerido los ooquistes, el parásito se multiplica en el interior de las células del epitelio del intestino delgado y grueso. Después de unos 6-10 días desde que son ingeridos, los ooquistes se liberan con las heces donde completan su desarrollo hasta formas infectantes. No solo los animales enfermos van a liberar con las heces estas formas parasitarias, también los clínicamente sanos. Un hecho importante a tener en cuenta es que los ooquistes tienen la capacidad de permanecer durante varios meses en el ambiente, así que especialmente en entornos de residencias caninas, protectoras, criaderos, zonas destinadas al ocio de perros en la ciudad, etc, en los que hay elevada densidad animal, puede ser muy difícil su eliminación del medio ambiente.

Signos clínicos habituales

Estos parásitos son responsables de la aparición de diarreas abundantes, con contenido acuoso, y heces líquidas o pastosas que pueden presentar moco o sangre en los casos más graves, debido a la destrucción del epitelio intestinal por la masiva multiplicación del parásito.

Los animales más afectados suelen ser cachorros y gatitos de edad inferior a 4 meses, para los que una diarrea severa puede suponer el fallecimiento, si no son atendidos por un veterinario rápidamente. Otros signos relacionados con el cuadro son vómitos, falta de apetito, letargia, deshidratación, son animales que no crecen a la velocidad que deberían, pueden tener la zona abdominal hinchada, etc.

Coprológico para asegurar su presencia

Si existe sospecha de la presencia de coccidios, es fundamental realizar un análisis coprológico. Así, nuestro veterinario nos pedirá una muestra de heces de 3 días seguidos, que tendremos que recoger e ir guardando en casa hasta completar el tercer día, momento en el que llevaremos las muestras a la clínica para su análisis.

Una vez que las muestras se encuentran en el laboratorio, el diagnóstico consiste en evidenciar la presencia de ooquistes de Cystoisospora en las heces de los animales sospechosos mediante un análisis coprológico por flotación, en el que el número de ooquistes por gramo de heces debe ser elevado para que sea diagnóstico, ya que un ooquiste aislado no indica enfermedad. Para visualizar los ooquistes, es fundamental utilizar un microscopio.

¿Cómo se trata?

Especialmente en animales de pocas semanas, el tratamiento debe realizarse rápidamente, ya que una elevada multiplicación del parásito puede ser fatal. Además, si el animal convive con más hermanitos de camada, por ejemplo, u otros animales susceptibles, el tratamiento debe aplicarse en todos.

El fármaco de elección es el toltrazuril, que es un coccidiostático, es decir, inhibe o detiene el desarrollo de los parásitos. Con solo una dosis, este compuesto reduce significativamente la presencia de ooquistes en los animales, y si se aplica antes de que los ooquistes sean expulsados, previene su excreción, y reduce la diarrea en los cachorros o gatitos infectados.

En el caso de los coccidios, los tratamientos antiparasitarios de rutina que utilizamos para eliminar nematodos y tenias, no tienen utilidad, de ahí que sea interesante realizar análisis coprológicos a perros y gatos para detectarlos, y de ser así, tratar lo antes posible.

¿Qué debemos tener en cuenta para su prevención?

Las buenas condiciones higiénicas, reducen el riesgo de infección: eliminación diaria de heces, limpieza y desinfección de suelos y paredes en los alojamientos de animales en residencias o criaderos, evitar que los cachorros ingieran heces, etc. Es sencillo: cuanto menos contaminado esté el medio, menos posibilidades de que se produzca la infección.

¿Conocías estos parásitos de perros y gatos? A partir de ahora, ¡seguro que no se te olvida incluirlos en el diagnóstico diferencial de cachorros o gatitos que presenten diarrea!

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