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COVID-19 y animales, ¿en qué casos no podemos posponer la visita al veterinario?

Fórmate con los mejores profesiones veterinarios

Pero que estén abiertas las clínicas, no significa que el equipo que trabaja en ellas no haya tomado medidas de protección frente al coronavirus. Los profesionales veterinarios siempre estarán ahí si nuestro mejor amigo lo necesita, pero debemos ser respetuosos con ellos, acudiendo solo en caso de urgencia y llamando previamente, para evitar aglomeraciones y que así los profesionales estén preparados para nuestra llegada. Las visitas para procedimientos como vacunaciones, desparasitaciones, implantación de microchip, control de peso, revisiones anuales, limpieza de boca, cirugía de castración, etc quedan pospuestas por ahora al no considerarse de carácter urgente.

Y te preguntarás, ¿qué debemos considerar entonces como urgencia? En este artículo queremos enumeraros los motivos por los que sí está justificada la visita al veterinario durante estas semanas de confinamiento. ¡Atentos!

Ingesta de algún tóxico

Especialmente si tu perro tiene tendencia a ingerir todo aquello que encuentra, debes tener mucho cuidado con las cosas que quedan a su alcance. Una caja de paracetamol o ibuprofeno que nos dejamos olvidada en la mesa, una tableta de chocolate, un paquete de chicles, o un bote de algún desinfectante mal cerrado pueden convertirse en motivo de urgencia veterinaria. Ahora que estamos todo el día en casa, ¡mucho cuidado con esos peligrosos descuidos!

Heridas abiertas, fracturas o hemorragias

No hay duda de que si nuestro mejor amigo tiene un accidente, debemos ir rápidamente al veterinario. Las heridas abiertas requieren atención inmediata para detener una posible hemorragia y controlar el dolor e infección.

Vómitos y diarreas persistentes

Los síntomas digestivos pueden tener diversas causas, algunas de mayor gravedad que otras. Si nuestro amigo vomita o tiene diarrea de manera puntual, no debemos alarmarnos, pero si esos síntomas se mantienen un par de días, hay que llamar a la clínica veterinaria.

Ausencia total de apetito durante más de 48 horas

Si nuestro mejor amigo es comilón y de repente no quiere comer absolutamente nada, debemos preocuparnos. Puede no ser nada importante, o sí, así que no debemos dejarlo pasar.

Empeoramiento de enfermedad crónica

Muchos de nuestros compañeros de vida tienen enfermedades crónicas como diabetes mellitus, insuficiencia renal, hipotiroidismo, leishmaniosis, etc y, pese a estar controlados con su medicación y cuidados específicos, pueden sufrir una recaída y tener un empeoramiento de la sintomatología. En este caso, es importante comunicarse rápidamente con su veterinario habitual, y acudir a la clínica si así lo considera.

Cambio en el color de las mucosas

Las mucosas de perros y gatos normalmente son rosadas, pero algunos cambios de color deben ponernos en alerta. Mucosas pálidas indican anemia o pérdida de sangre, si están amarillas problemas a nivel hepático, un color azulado nos indica que no hay una correcta ventilación pulmonar,… Todos estos cambios se relacionan con procesos graves, así que ¡revisa las encías de tu amigo con frecuencia!

Picores continuos

Los picores normalmente tienen un componente alérgico, que en ocasiones puede suponer una reacción exagerada del organismo. Si de repente tu compañero se rasca o muerde alguna zona con insistencia, incluso si observas que la piel muestra lesiones que han aparecido en apenas segundos, la visita al veterinario debe ser urgente, ya que puede estar ocurriendo una reacción alérgica severa.

Dificultad para orinar (sobre todo en gatos)

Hay varias afecciones que pueden causar síntomas de enfermedad del tracto urinario inferior felino, como cistitis, piedras en la vejiga, obstrucción de vías urinarias, por lo que si cuando va al arenero notamos cualquier síntoma diferente, debemos consultar con nuestro veterinario.

Otros síntomas que justifican la visita a la clínica veterinaria son dificultad para respirar, síncope, signos neurológicos, temperatura corporal superior a 39.5 grados, debilidad repentina, tos persistente, hipertensión ocular, apatía o dolor.

Algunas pautas para nuestra visita al veterinario durante el estado de alarma:

  • Siempre hay que llamar antes de acudir a la clínica.
  • Si nuestro veterinario considera que nuestro motivo de la llamada es un caso urgente, acude únicamente cuando te den la cita previa: así se evitan las aglomeraciones en las salas de espera.
  • Solo debe ir una persona con el animal.
  • Intenta mantener una distancia de 1.5 o 2 metros con otras personas y con el personal de la clínica. En caso de no ser posible, deberás esperar en la calle.
  • A ser posible, utiliza gel desinfectante de manos antes y después de la visita.

Seguro que conoces tan bien a tu compañero de vida que eres capaz de diferenciar cuándo sus síntomas indican que es realmente urgente acudir a los profesionales de la salud animal, ¿a que sí? Pero te recordamos de nuevo, que en caso necesario siempre debes llamar a la clínica en primer lugar y no acudir directamente.

El equipo veterinario sigue trabajando durante la cuarentena para cuidar de nuestros animales como se merecen, pero a cambio necesitan de nuestra responsabilidad y empatía para que estén seguros durante el desarrollo de su jornada laboral.

Y ya sabes, si por suerte tu amigo está sano y no necesita visitar a su veterinario favorito, ¡quédate en casa!

Infografía realizada por AMVAC, Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía.

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