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¿Entiendes a tu gato cuando te habla?

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Mucha gente por desconocimiento no da importancia a estas señales que pueden suponer un mundo para nuestro gato, y desarrollar comportamientos no deseados en él, incluso obviar algún gesto puede llegar a quebrar la relación y el vínculo que tenemos con nuestro mejor amigo.

Por ello, cobra una tremenda importancia aprender a reconocer lo que quieren transmitirnos los gatos con su lenguaje corporal, ellos no hablan nuestra lengua, pero hacen todo lo posible para que les entendamos, es nuestra responsabilidad aprender su idioma para así tener una relación de 10 con ellos.

¿Cómo? ¿Eres de los que no saben entender aún a los mininos? No te preocupes, a continuación podrás aprender lo básico en comunicación felina, ¡no dejes de leer!

Atención a la posición de las orejas.

Las orejas de los gatos poseen una gran cantidad de músculos que permiten hasta un giro de 180 grados, de ahí que según el estado de ánimo puedan cambiar tanto su posición.

Un gato relajado, tranquilo, amigable, tendrá sus orejas tiesas y mirando hacia delante, si se siente incómodo nos lo hará saber doblándolas hacia atrás, y cuanto más giradas y agachadas como si fueran las alas de un avión, más miedo o enfado denotarán.

No siempre que las orejas se mueven, es por una situación negativa para el animal, a veces simplemente las desplazan porque están escuchando algo, o en el caso del juego o la caza, las echan hacia delante, y nos daremos cuenta de que todo va bien fijándonos en el conjunto del cuerpo y observando la situación.

Los ojos, espejo del alma.

Los humanos tenemos la tendencia social natural de mirarnos a los ojos cuando nos comunicamos, para nosotros no supone nada negativo, y por tanto con los animales nos relacionamos de igual manera. En cambio, un gato nunca mirará a otro gato a los ojos directamente a no ser que se sienta amenazado, por eso si nosotros intentamos establecer una mirada directa con ellos, lo normal es que se sientan incómodos.

Si un gato tiene los ojos ampliamente abiertos y está atento, señala que está curioso, feliz; los ojos entreabiertos indican somnolencia o incluso si nos miran y entrecierran los ojos, se le conoce como el “beso de los gatos”, y es una señal de cariño y confianza del gato hacia el humano.

En cuanto a las pupilas, si observamos que están muy dilatadas y no es por unas condiciones de baja luminosidad, indica enfado, miedo o posible agresividad.

Los bigotes, mucho más que unos simples pelos.

Efectivamente, no son unos “pelos” normales, para los gatos constituyen un órgano sensorial clave, que les ayuda a medir el ancho de los lugares por donde van a pasar, o la proximidad de los objetos.

Como habrás observado, tienen movimiento propio, y según sea éste, indicará felicidad o curiosidad si están completamente extendidos hacia los lados, si se dirigen hacia delante denotan juego, interés por algo; en cambio su posición hacia atrás nos hace ver que está incómodo, miedoso, irritado, etc.

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Y terminamos con la parte trasera del cuerpo, la imprescindible cola.

Seguro que sabes que si un gato tiene la cola bien levantada hacia arriba, es porque se encuentra amistoso, contento, feliz, cómodo,… pero hay muchas más emociones que puede mostrarnos gracias a ella.

Cuando esta postura se invierte y la cola está más baja, dependiendo de su posición nos dirá que el gato está interesado en algo, en posición de “depredador”, cauteloso, y si la cola termina completamente entre las piernas es una señal evidente de miedo.

Si nuestro gato mueve la cola a un lado y a otro, y la golpea contra el suelo de forma más o menos intensa, algo le irrita, otras veces en cambio este movimiento es más sutil y simplemente es su manera de mostrarnos indecisión: “¿qué hago? ¿me levanto a comer o sigo aquí tumbado tranquilamente?”

Una cola erizada se relaciona con miedo y agresividad, y suele ir acompañada del arqueo hacia abajo de la misma, pero también en situaciones de juego puede convertirse en un plumero super simpático, que no tiene nada que ver con el miedo. Esto se produce sobre todo en gatitos pequeños que están empezando a experimentar junto a sus hermanos, en ellos es habitual ver los rabitos electrizados mientras corren, saltan y juegan como locos.

Posición corporal general.

Hemos ido detallando algunas de las posiciones de orejas, bigotes, ojos y cola más características y su significado, pero para de verdad hacernos una idea de lo que está viviendo nuestro gato, tenemos que ir más allá y examinar su cuerpo en conjunto.

Unas orejas que miran hacia atrás en un gato tumbado y relajado en el sofá pueden ser porque está escuchando el sonido de los pájaros que vuelan al lado de la ventana o el pitido de un coche, en cambio esas mismas orejas en un gato que está siendo acariciado cuando no le apetece, que además golpea el rabo con fuerza de un lado a otro, con un cuerpo tenso, nos dicen claramente que está incómodo, y que por favor paremos de hacerlo y le dejemos tranquilo.

El maullido como lo más cercano a lo que entendemos los humanos como lenguaje.

Nos encanta que nuestros gatos nos hablen mediante los maullidos, además son tan inteligentes que adaptan el sonido a nosotros, y si saben que con determinado sonido consiguen un poco de latita, será el que siempre reproduzcan para pedirla, por ejemplo,… ellos tienen maullidos adaptados a sus humanos, y ese lenguaje sí que será exclusivo entre tu gato y tú.

En general, cuanto más agudo y corto sea un maullido, más amigable, en cambio maullidos prolongados y graves indican situaciones de miedo, agresividad, enfermedad, etc.

Prrrrrr, el ronroneo.

¿A quién no le gusta que su gato se le acerque y comience a ronronear? No existe momento mejor que éste en la relación con nuestros gatos, tranquilos los dos, relajados y con ese “prrrrrr” de fondo.

Normalmente indica que están contentos, o incluso lo escuchamos cuando saben que va a ocurrir algo que les encanta como tumbarse en su sitio favorito o cuando saben que es la hora de la comida húmeda.

Pero esto no es siempre así, también hay veces que un gato puede ronronear porque se encuentra mal y tiene dolor, de nuevo será la observación del conjunto la que nos haga saber cómo se encuentra nuestro gato.

Los gatos son animales con un lenguaje corporal tan extenso, que los puntos que hemos tratado son solo una pequeña parte de lo que podemos aprender de ellos, por eso si quieres conocer y entender aún más a estos felinos tan especiales, os invitamos a pedir más información sobre nuestro curso de etología felina profesional, seguro que cambiará tu forma de mirar, entender y relacionarte con ellos.

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