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Las células sanguíneas, una fuente de información sobre la salud de nuestros animales

Ya sea porque queremos dedicarnos a alguna de las profesiones veterinarias que existen, o simplemente porque queremos saber más sobre nuestros amigos animales, es importante que tengamos una base en nuestro conocimiento respecto a la sangre y las diferentes células que la componen, así como sobre la información que podemos obtener de ellas. Además, esto nos servirá de gran ayuda a la hora de acudir al veterinario con nuestro perro o gato, ya que seremos capaces de entender mejor los resultados de su analítica sanguínea.

En este artículo queremos recordar los diferentes tipos de células que componen la sangre, su función en el organismo, y qué información puede facilitarnos sobre ellas el hemograma. ¡No te lo pierdas!

Glóbulos rojos o eritrocitos

Los glóbulos rojos o eritrocitos son los encargados de transportar el oxígeno por la sangre para que llegue a los tejidos. Para ello, es necesaria la hemoglobina, que es una proteína de los eritrocitos gracias a la cual viaja el oxígeno desde los pulmones al resto de los tejidos del cuerpo, para que puedan utilizarlo las diferentes células.

Como producto de desecho de las reacciones celulares, tenemos el dióxido de carbono, que será transportado por los eritrocitos a la inversa: de los tejidos a los pulmones, para exhalarlo y eliminarlo del organismo.

En un hemograma son varios los parámetros relacionados con la serie roja de la sangre que podemos evaluar: el valor hematocrito, la concentración de hemoglobina, el recuento total de glóbulos rojos, y los índices eritrocitarios que nos informan sobre el tamaño de los eritrocitos y su contenido en hemoglobina.

El hematocrito es el volumen que ocupan los glóbulos rojos en un volumen de sangre total. Un aumento de este parámetro y del número de eritrocitos totales suele ser raro, y normalmente se relaciona con deshidratación, existiendo una cantidad de glóbulos rojos normal, pero más concentrada en un menor volumen plasmático. Una disminución se relaciona con anemia, que puede tener diferentes causas: pérdida de sangre por hemorragia, destrucción de glóbulos rojos, disminución de su producción,…

Glóbulos blancos o leucocitos

Los glóbulos blancos o leucocitos tienen como función la defensa del organismo frente a agentes extraños. Dentro de ellos, se distinguen 5 tipos diferentes: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos. En el hemograma podemos ver el recuento total de leucocitos y para su valoración es importante conocer también el recuento diferencial de cada uno de los tipos. Una elevación del recuento total o leucocitosis suele ser indicativo de un proceso infeccioso, y un valor bajo o leucopenia se relaciona con procesos de inmunodeficiencia. No obstante, como comentábamos, es importante fijarnos en los diferentes tipos y en los resultados de cada uno de ellos.

Los neutrófilos son las células que están siempre preparadas para atacar a cualquier agente extraño que entre en el organismo, así que aumentan ante infecciones bacterianas o inflamaciones agudas. Este aumento se llama neutrofilia, y suele ser el causante del aumento total de leucocitos normalmente. Una disminución de este tipo celular se conoce como neutropenia, y podemos verlo en procesos en que haya inmunodeficiencia, como en la leucemia o inmunodeficiencia felina, parvovirosis canina, panleucopenia felina, secundario a fármacos mielosupresores, etc.

En cuanto a los eosinófilos y basófilos, lo destacable es su aumento (eosinofilia y basofilia) y está relacionado en ambos casos con procesos alérgicos o parasitarios.

Los linfocitos son células fundamentales para el sistema inmunitario. Su aumento o linfocitosis indica infección crónica, como en la leishmaniosis canina, neoplasia linfoide, incluso puede aparecer por episodios de estrés en el caso de los gatos. La disminución de estas células se conoce como linfopenia, y suele ser frecuente en animales enfermos por infecciones víricas, en enteropatías o estrés.

La monocitosis es el aumento de monocitos y es un hallazgo bastante inespecífico, que se relaciona con daño tisular extenso y grave, o en procesos piogranulomatosos.

Plaquetas o trombocitos

Las plaquetas son pequeños fragmentos de otra célula más grande, el megacariocito, cuya función es intervenir en la hemostasia primaria para formar el tapón plaquetario, y así evitar la hemorragia. Una disminución en su número se denomina trombocitopenia y se relaciona con una disminución de su formación en la médula ósea, enfermedades mieloproliferativas, secuestro de plaquetas por el hígado o el bazo, procesos autoinmunes, o por coagulación intravascular diseminada. Esta disminución tiene como consecuencia que el animal tenga problemas de coagulación, y por tanto más riesgo de sufrir hemorragias. Si el hemograma da como resultado lo contrario, un aumento del número de plaquetas, se conoce como trombocitosis, y aparece ante un aumento del número de megacariocitos, por una neoplasia por ejemplo, o en casos en que hay liberación de plaquetas de órganos de almacenamiento, como el bazo. Si hay muchas plaquetas, es más fácil que se produzcan trombos.

Aunque hemos resumido lo más relevante de cada tipo celular, un hemograma puede darnos más información que la que hemos comentado, y siempre debemos relacionar los resultados obtenidos con el resto de la historia clínica del animal, sintomatología, otras pruebas complementarias, etc. Un hemograma por sí solo es solo una pieza más del camino hacia el diagnóstico de nuestros animales, pero es importante conocer cada una de esas piezas para que al unirlas todas, demos con lo que le ocurre a nuestro perro o gato.

Como auxiliar veterinario, el trabajo de laboratorio es también parte del día a día… Cuéntanos, ¿te gusta este área de la profesión?

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