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Los gatos blancos y el sol: ¿Sabes que pueden desarrollar carcinoma de células escamosas?

Aunque sea muy agradable para ellos, debemos saber que la exposición a las radiaciones solares, al igual que en las personas, puede tener consecuencias nocivas para los gatos y convertirse en un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. Así, hoy queremos que conozcáis el carcinoma de células escamosas, un tipo de cáncer que afecta en mayor medida a los gatos blancos y que sin duda, disminuye el bienestar de nuestros compañeros gatunos.

¿Quieres conocer más detalles sobre esta enfermedad? ¡Sigue leyendo!

¿Qué es el carcinoma de células escamosas?

Este tipo de cáncer es una neoplasia cutánea maligna, que se extiende localmente destruyendo los tejidos de alrededor, y que aparece con mayor frecuencia en gatos geriátricos de capa blanca o clara, o que tengan zonas despigmentadas. Al ser maligno, cuando aparece se desarrolla rápidamente, tiene tendencia a producir recidivas, pero por suerte, metastatiza lentamente y se extiende a otras localizaciones, como ganglios linfáticos o pulmones, solo de forma ocasional.

Factores predisponentes

Su aparición se asocia a una exposición prolongada a la radiación solar, por lo que los gatos más afectados son los que viven en hogares con acceso a jardines, patios, balcones,… ya que pasan más tiempo en el exterior. Esta exposición continuada al sol, va afectando poco a poco a la piel, y creando cambios en las células, que terminarán siendo tumorales. Como ocurre en las personas, las pieles más claras tienen una mayor predisposición al daño por las radiaciones solares, de ahí que en los gatos los más afectados sean los blancos.

Otro factor predisponente para esta patología es el humo del tabaco, así que los gatos que convivan con personas fumadoras, presentan más riesgo de padecer este carcinoma, que otros que vivan en un entorno libre de humo.

Lesiones que produce

La localización habitual de este tumor es la cabeza, y dentro de ella, las zonas más frecuentes son las orejas, nariz, labios y párpados. Las lesiones comienzan siendo pequeñas, a veces parecen arañazos, heridas, o enrojecimientos que parece que desaparecen y luego vuelven a ser visibles,… lo que podría asemejarse a cuando nosotros nos hacemos alguna quemadura con el sol. Cuando la lesión por el sol es continuada, ese efecto en el tiempo produce eritemas permanentes con descamaciones, pérdida de tejido, úlceras, costras, sangrado, etc. y da lugar a la aparición del carcinoma. Puesto que es un tumor agresivo que se va extendiendo a los tejidos de alrededor, en el momento en que veamos la mínima lesión a nuestro gato, es fundamental acudir lo antes posible al veterinario.

Tratamiento y pronóstico

Cuando existe sospecha de carcinoma de células escamosas, el veterinario recomendará realizar una biopsia del tejido afectado, de tal manera que se pueda confirmar el diagnóstico. Una vez confirmado, el tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica del tumor, a poder ser lo antes posible, ya que a medida que crece la lesión, mayor será la cantidad de tejido a eliminar, lo que puede suponer que sea necesario retirar la oreja entera, la nariz, o alguna zona grande de la cara de nuestro amigo, pudiendo ser muy complicado para el cirujano y muy doloroso e incómodo para el animal. Así, el objetivo de la cirugía es eliminar todo el tejido tumoral, con un margen de tejido sano alrededor para evitar la posibilidad de recidivas. Otros tratamientos que pueden ser necesarios son la quimioterapia, la radioterapia o la crioterapia.

El pronóstico dependerá de la rapidez del diagnóstico y del tratamiento. Lesiones pequeñas en estadios iniciales, que puedan ser extirpadas en su totalidad tienen un mejor pronóstico.

¿Se puede prevenir?

Puesto que sabemos cuál es el factor de riesgo, su prevención se basa en evitar la exposición directa al sol de manera continuada, y en proteger las zonas de piel poco pigmentadas con protectores solares.

Para los gatos, las siestas al sol son necesarias, así que no se trata de negarles este placer, pero sí podemos limitar las horas de exposición al sol, evitando las horas más peligrosas. Así, podemos evitar la franja de entre las 10 y las 17 horas, especialmente en verano, ya que las radiaciones solares son más dañinas.

Otra posibilidad, aunque menos eficaz y más difícil de que nuestro compañero gatuno la tolere, es la de aplicar en las zonas más sensibles, como las orejas o la trufa, un protector solar de factor muy alto. No todos los gatos toleran sentir que tienen algo en la piel, y puede que intenten limpiarlo con la patita o la lengua, pero si nuestro gato es muy clarito, es una opción que tenemos a nuestro alcance y que puede limitar el daño del sol en la piel de nuestro amigo. ¡Te animamos a positivizarlo si tu gato realmente lo necesita!

¿Conocías este tipo de cáncer en gatos? ¿Sabías que el sol también podía afectar a la piel de nuestros compañeros gatunos?