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¿Qué patologías podemos prevenir mediante la castración?

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La prevención se basa en la castración, que en las hembras consiste en retirar el útero y los ovarios (ovariohisterectomía), y en el macho los testículos (orquiectomía). Es una cirugía ampliamente extendida y con pocos riesgos, pero en cambio sus beneficios son extensos.

En este artículo vamos a hablar del beneficio en cuanto a la prevención de enfermedades o patologías asociadas al sistema reproductor de hembras y machos, algunas son patologías muy graves, así que ¡seguid leyendo!

Hipertrofia y prolapso vaginal.

La hiperplasia del suelo vaginal y el prolapso vaginal se producen por la influencia de las hormonas sexuales estrógenos, por lo que de producirse suele ser durante el celo de la hembra. En ambas el tejido sufre una gran edematización, pudiendo exteriorizarse a través de la abertura vaginal parte o todo el suelo de la vagina, incluso puede verse comprometido el útero.

Es una situación urgente, ya que el tejido se encuentra en el exterior del cuerpo, por lo que está en contacto con bacterias y suciedad, pudiendo provocar infección. Además el animal se siente molesto y se lame, se frota contra el suelo, existiendo riesgo de ulceraciones y necrosis.

¡Cuidado con la infección de útero o piómetra!

Seguramente la piómetra sea de las afecciones más conocidas para los propietarios de animales, y también una de las más peligrosas, siendo la castración la única manera de prevenirla.

La piómetra es una infección uterina debida a los cambios que sufre el útero después del celo, tanto a nivel morfológico, como hormonal al aumentar la progesterona, y además están implicadas bacterias oportunistas.

Es fundamental conocer sus síntomas para detectarla a tiempo: la hembra estará apática, inapetente, beberá y orinará más cantidad y puede presentar fiebre. Además, en la mayoría de los casos se puede ver en la vulva una secreción purulenta, de tal manera que las secreciones uterinas pueden drenar y no acumularse en el interior del útero, lo que se conoce como piómetra abierta.

En los casos más graves, el cuello del útero está obstruido y no deja que estas secreciones salgan al exterior (piómetra cerrada), por lo que los propietarios no se dan cuenta de la gravedad al no ver el pus. Esta acumulación de secreción intrauterina desemboca en una gran inflamación y distensión uterina, pudiendo incluso llegar a la rotura, provocando peritonitis, toxemia, septicemia, y una situación crítica para la vida del animal.

Como ves, es una situación de extrema urgencia, que requerirá de una detección temprana por nuestra parte y de una atención muy rápida por parte de nuestro veterinario.

Embarazo psicológico o pseudogestación.

La pseudogestación, o más conocida popularmente como embarazo psicológico, se produce por una serie de modificaciones hormonales y físicas idénticas a las que podemos observar al final de una gestación normal, sobre todo en lo relacionado con la lactación.

Al tener ese parecido con el final de una gestación, se suele observar en torno a los dos meses después de que la hembra haya entrado en celo. Su síntoma principal es la hinchazón de las mamas y aparición de leche, y a nivel de comportamiento la perra puede estar más nerviosa, incluso algunas tienen conducta de nidificación, adopción de objetos o muñecos como cachorros y, lo que es más llamativo en algunos casos, agresividad maternal.

Este proceso es autolimitante, pero en algunos casos puede necesitar de apoyo farmacológico para cortar la secreción de leche y evitar la aparición de mastitis.

Tumores mamarios en las hembras y testiculares en los machos.

Aunque normalmente los tumores mamarios de las perras suelen ser benignos, y se pueden eliminar quirúrgicamente, es necesario saber que su existencia tiene una clara relación con las hormonas sexuales. De esta manera, el riesgo de desarrollar una neoplasia maligna en perras castradas antes del primer celo es de tan sólo un 0,05%. Si la castración se realiza después del primer celo, asciende al 8%, y si la hembra es castrada después del segundo celo aumenta al 26%. A partir de este momento, no hay diferencias de riesgo entre hembras castradas y enteras, aunque la castración a cualquier edad, se sabe que reduce la incidencia de neoplasias benignas.

En el caso de las gatas, la incidencia de tumores mamarios es más baja, pero si aparecen tienen un índice de malignidad muy elevado, por lo que la detección temprana es fundamental.

En cuanto a los tumores testiculares, existen diferentes tipos dependiendo de las células implicadas: células de Leydig, de Sertoli o células germinales, y no solo afectan al testículo en sí, si no que generan secreciones hormonales que pueden producir diferentes sintomatologías a nivel orgánico, como el síndrome de feminización o tener un efecto estimulador directo sobre el crecimiento de las neoplasias de glándulas perianales (adenoma o adenocarcinoma perianal).

Hiperplasia prostática benigna en los machos.

La aparición de esta enfermedad se ve favorecida por la secreción hormonal, de ahí que se estime que más del 80% de los perros machos no castrados mayores de 5 años que la padezcan.

Aunque como su nombre indica, es un crecimiento benigno de la próstata, puede resultar molesto para el animal ya que presiona los órganos que la rodean provocando diversos síntomas: dificultad al orinar o defecar, heces más finas y aplanadas, diarrea, sangre en orina, molestias al caminar o cojera,… incluso puede dar lugar a complicaciones asociadas como quistes o infecciones.

Como ves, la castración de nuestros animales puede evitarles desarrollar patologías molestas, incluso muy graves, así que si compartes vida con un perro o gato, te animamos a consultar con tu veterinario las ventajas de la castración, y que sea él o ella quien valore el mejor momento para llevarla a cabo.

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