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8 Consejos para bañar a nuestro perro en casa

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Nunca debemos descuidar la higiene de nuestro compañero perruno, por eso tenemos que prestar atención a sus orejas y oídos, sus ojos, su boca, el estado del pelaje y la piel, las almohadillas, las glándulas anales, etc.

En cuanto al baño, hay ocasiones en que es necesario, ya que nuestro perro se puede manchar de barro, restregarse con alguna caca de otro perro en el parque (sí, a veces pasa jeje), o darse cualquier situación en que nuestro amigo necesite un baño urgente. Pero si nuestro perro está limpio, y tampoco necesita baños terapéuticos prescritos por el veterinario, no debemos bañarle en exceso. Y esto es así porque la piel de los perros tiene su propia capa de protección natural frente a los agentes externos, y si bañamos muy frecuentemente, podemos dañarla y que nuestro perro esté más expuesto a sufrir infecciones.

En perros de pelo largo el cepillado es fundamental, así que si creamos la rutina de cepillado, iremos manteniendo el pelo sin enredos, cuidado, e iremos retirando suciedad, evitando tener que bañar con demasiada frecuencia.

Dicho esto, os vamos a contar algunos consejos para que el momento del baño sea lo más relajante y satisfactorio posible. ¡Atentos!

Los primeros baños marcan la diferencia.

A algunos perros les encanta el agua, pero otros solo con ver la toalla se ponen a temblar y se esconden. Si acostumbramos a nuestro perro desde pequeño a los baños, y creamos para él una experiencia positiva, más fácil será que en su etapa adulta no tema este momento. Podemos llevar al baño algunos de sus juguetes favoritos, utilizar premios, incluso existen unas almohadillas de silicona que se pegan en la pared de la bañera o ducha, en las que se puede untar comida húmeda para que nuestro amigo esté entretenido y lo relacione con algo bueno para él.

Elige un momento tranquilo.

El momento del baño tiene que ser tranquilo. Si tenemos prisa y no nos paramos a crear un ambiente adecuado, nuestro perro estará más estresado y no estaremos fomentando esa buena relación con la bañera, el agua, etc. Pensar en su seguridad también es importante, así que si vemos que se escurre en la bañera o plato de ducha, podemos optar por colocar una alfombrilla antideslizante. Y por supuesto, ¡nunca hay que dejarle solo dentro de la bañera!

Utiliza productos adecuados para el pelo y piel de tu perro.

La piel y pelo de nuestros perros no es igual que la nuestra, por ello, debemos utilizar champús específicos para ellos. Existen muchos productos diferentes, así que si tienes dudas, pregunta a tu veterinario cuál es el que mejor se adapta al manto de tu perro. Muchos champús son para tratar problemas de piel concretos, así que si no lo tenemos claro, lo mejor es siempre consultarlo con el profesional veterinario.

¡Cuidado con la temperatura del agua!

La temperatura del agua debe mantenerse tibia, por supuesto no debe estar fría, pero tampoco debemos excedernos. La temperatura ambiental también es importante, si hace mucho frío, puedes poner un calefactor un rato antes de comenzar el baño para que la habitación se atempere.

El orden de lavado importa.

Una vez vayamos a mojar el cuerpo del perro, siempre es mejor empezar por las patas traseras y lomo para no asustarle, y después ir hacia la cabeza con mucho cuidado. A la hora de enjabonar, empezamos por la cabeza y lomo, y aprovechamos a masajear la cabecita, las orejas, el cuello e ir relajando a nuestro amigo. ¿A quién no le gusta un masaje? Las patas y la zona del rabo tienen más suciedad, así que las dejaremos para enjabonarlas en último lugar.

Protege los oídos, ojos y trufa.

El agua en la cara no les suele gustar, así que esta zona habrá que hacerla con cuidado, evitando que entre agua o jabón en los oídos, ojos, trufa o boca.

Seca bien el pelaje.

Una vez terminado el baño, ¡hay que secarse bien! Un primer secado con toalla retirará gran parte del agua, y después utilizaremos el secador. Empezaremos con el secador a baja potencia y por las extremidades, y dejaremos la cabeza para lo último. Por desgracia, el ruido del secador no es bien tolerado por todos los perros, llegando a asustarles mucho, por lo que también tendremos que ir habituando a nuestro perro a este elemento. En peluquería canina se utilizan secadores especiales, que hacen menos ruido y secan más rápido para minimizar dentro de lo posible el estrés del animal.

Y el último paso, el cepillado.

Con el cepillado retiraremos el pelo muerto y quitaremos algún nudo que haya podido producirse. Alguna chuche no estaría mal para terminar, ¿verdad? Ofrécesela a tu perro y dile lo bien que se ha portado.

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