fbpx
El celo de las gatas, ¿por qué nacen más gatitos cuando llega el buen tiempo?

A diferencia de las perras, que tienen solo uno o dos celos al año, sin influencia de la época en la que se encuentren, en las gatas sí importa la estación en la que nos encontremos y además pueden tener celos consecutivos. Técnicamente, esta diferencia hace que las perras sean hembras monoéstricas no estacionales y las gatas poliéstricas estacionales de días largos.

Quizás así dicho, no entendáis muy bien qué significan estas diferencias en cuanto a la reproducción de nuestros animales, por eso, vamos a contaros algunos puntos importantes en cuanto a la sexualidad de las gatas para que despejéis todas vuestras dudas.

¡No os lo perdáis!

¿Qué significa ser poliéstrica estacional?

Analizando las palabras seguro que te resulta sencillo. El prefijo poli significa varios, y estro es celo, así que poliéstrica significa que tiene varios celos. Por otro lado, si lo relacionamos con el hecho de ser estacional, podemos llegar a la conclusión de que son hembras que tienen varios celos comprendidos en su estación o estaciones reproductivas.

Así, las gatas son poliéstricas estacionales de días largos: tienen varios celos a lo largo de su época reproductiva (primavera y verano fundamentalmente, aunque se puede prolongar también al otoño si las temperaturas siguen siendo suaves). Al igual que hay varias estaciones para la reproducción, hay otra época de descanso, que suelen ser los dos o tres meses más fríos del año, a finales de otoño e invierno.

¿Cuándo tienen las gatas el primer celo?

Las gatas alcanzan la madurez sexual en la pubertad, en torno a los 6 meses de edad de manera general. No obstante, existen diferencias individuales, y la edad del primer celo puede verse afectada por el peso de la gatita, la raza o incluso la fecha de nacimiento, pudiendo aparecer el primer celo en el periodo comprendido entre los 4 a los 12 meses de vida, según el animal. Cuando una hembra entra en celo, si no se produce la monta ni gestación, puede estar alternando celos consecutivos durante toda la época reproductiva.

¿Qué cambios físicos y de comportamiento podemos ver en ellas?

Si alguna vez has visto una gatita en celo, seguro que no tienes dudas de los cambios a nivel de comportamiento que aparecen: están más cariñosas de lo normal, se frotan con nosotros, con los muebles de casa, o con otros gatos o animales, maúllan más, pueden tener menos apetito,… Además, una postura muy llamativa es la de permanecer con la parte anterior del cuerpo pegada al suelo, pero la posterior elevada, mostrando la zona genital y levantando el rabito. También puede haber marcaje con orina, y podemos observar que la vulva de la gatita está ligeramente hinchada y enrojecida. En el caso de las perras, muchas personas se dan cuenta de que su compañera está en celo debido a las gotitas serosanguinolentas que pueden caer de la vulva, pero en el caso de las gatas eso no sucede.

La ovulación en las gatas

Otra diferencia con respecto a las perras, es que las gatas no ovulan de manera espontánea, sino que la ovulación tiene que ser inducida por la cópula. Para ello el pene del macho presenta la particularidad de tener unas formaciones duras en forma de pequeñas espinas en su superficie, que tienen la finalidad de estimular el genital de la hembra durante la cópula e inducir la ovulación. De esta manera, óvulos y espermatozoides tienen más posibilidades de coincidir, por lo que aumenta la eficacia reproductiva.

Para evitar el celo, lo mejor es la castración

Cuando una gata está en celo, puede llegar a pasarlo realmente mal: está muy nerviosa, no para de maullar, de buscar al macho, etc. Muchas personas buscan una solución fácil y acuden al veterinario preguntando por alguna pastilla milagrosa que haga que su gata deje de estar en celo. Pese a que existe, estas soluciones hormonales no están recomendadas, ya que pueden tener efectos graves para la salud de la gatita, como el desarrollo de tumores de mama o infecciones uterinas. Estas pastillas anticonceptivas consisten en un compuesto hormonal similar a la hormona progesterona, pero con un efecto más intenso, que puede administrarse en forma de comprimidos o de inyecciones, con el fin de evitar que la gata desarrolle celo, o detenerlo en casos de celos continuos para poder realizar la castración, ya que esta cirugía es recomendable realizarla en reposo hormonal, una vez no hay inflamación en el útero.

Puesto que tienen más riesgos que beneficios, no hay duda de que para evitar celos y embarazos no deseados en gatas, la opción óptima es la castración. De esta manera, al retirar los ovarios y útero, la gata no tendrá comportamiento sexual, y evitaremos futuras complicaciones de salud relacionadas con las hormonas sexuales, como piometra o tumores de mama, que en el caso de las gatas aparecen con menos frecuencia que en las perras, pero cuando aparecen son de una alta malignidad.

Como ves, estando en estos momentos en los días más largos del año es normal que ahora es cuando más partos de gatitas haya, lo que repercute en la labor diaria de las protectoras, que recogen muchos gatitos en apuros a diario. Si estás pensando en adoptar un gatito, ¡te animamos a ponerte en contacto con la protectora de tu zona!

¿Conocías las peculiaridades sobre el celo de las gatas? ¡Cuéntanos!