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Los gatos también pueden padecer asma

Aunque no es una patología que se relacione directamente con la primavera, sí que cuando llega esta estación, los casos de asma en gatos aumentan, así que queremos aprovechar a hablar un poquito sobre esta enfermedad.

El asma felina es la enfermedad pulmonar más frecuente en gatos, es una enfermedad crónica de las vías respiratorias bajas, que también se conoce como bronquitis crónica, enfermedad respiratoria alérgica, bronquitis alérgica, o asma bronquial. Como curiosidad, los gatos de raza siamés, tienen más probabilidades de desarrollarla.

Su aparición no está relacionada directamente con un proceso alérgico, sino que se produce por respuestas de hipersensibilidad ante diferentes irritantes ambientales, que producen inflamación crónica de vías respiratorias bajas con aumento de la producción de moco, broncoconstricción, tos y dificultad respiratoria de diferente intensidad según el caso.

Si ya eres auxiliar clínico veterinario o estás en formación, seguro que en algún momento verás en consulta algún paciente con esta patología, así que… ¡Te animamos a seguir leyendo para aumentar tus conocimientos sobre ella!

Cuando existe asma, ¿qué sucede en el aparato respiratorio del gato?

Como hemos comentado, ante la respuesta de hipersensibilidad a sustancias irritantes, como el humo del tabaco, polen, ácaros del polvo, productos de limpieza, etc, se produce inflamación crónica de las vías respiratorias. Cuando se inhala la sustancia irritante, las vías aéreas responden mediante la contracción del músculo liso bronquial, para evitar que la sustancia penetre hasta los pulmones, de tal manera que se produce moco para “envolver” a la sustancia, y provoca tos para ayudar a la expulsión del agente. Todo ello hace que las vías respiratorias sufran un estrechamiento, lo que dificulta la respiración.

Es importante acudir a la clínica veterinaria rápidamente, para confirmar la patología y establecer el tratamiento lo antes posible ya que, si no se trata, el gato puede desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica, lo que supone que los bronquios se obstruyen y genera fibrosis pulmonar, la cual es irreversible e impedirá que el gato pueda respirar correctamente.

¿Cuáles son los signos clínicos?

El principal signo es la tos, que puede llegar a producir arcadas. Cuando aparece, en ocasiones es confundida con la expulsión de bolas de pelo, por lo que se recomienda grabar los episodios de tos, para que el veterinario pueda verlos, y así confirmar su origen. Otros signos son la dificultad respiratoria, ruidos al respirar, sibilancias, respiración agitada, intolerancia al ejercicio, incluso en los casos más graves, respiración con la boca abierta.

¿Cómo se diagnostica?

En consulta, el veterinario auscultará el pulmón y siempre es necesario realizar una radiografía, a ser posible bajo sedación para evitar que el gato sufra estrés, lo que puede agravar los signos clínicos y alterar la imagen radiográfica. Gracias a la radiografía, podremos ver si la imagen es compatible con asma felina, pero además, nos permite descartar otros hallazgos como tumores, o presencia de líquido libre en cavidad torácica. Por otro lado, siempre es recomendable realizar una analítica sanguínea para ver el estado general del gato, así como descartar un origen parasitario.

Opciones de tratamiento

Una vez se diagnostica el asma, su tratamiento tiene la finalidad de dilatar los bronquios y disminuir la inflamación de las vías respiratorias, así como controlar la reacción de hipersensibilidad. En ocasiones, se puede detectar además algún proceso infeccioso, en ese caso el veterinario también establecerá una pauta antibiótica.

Para controlar la inflamación de las vías aéreas, el tratamiento se basa en la administración de corticoides, ya sea por vía oral, inyectada, o inhalada. Como tratamiento de la enfermedad, se utiliza habitualmente la terapia inhalada, ya que tiene como ventaja una mayor velocidad de acción, y la disminución de posibles efectos secundarios de los corticoides, al evitarse su absorción sistémica. Esta terapia se aplica mediante inhaladores, en el propio hogar del paciente. Existen inhaladores especiales para gatos, pero igualmente se adaptan al hocico de los gatos los de uso pediátrico, utilizados en medicina humana.

En los casos más graves, en los que el gato tiene incapacidad para respirar, es necesaria la utilización de broncodilatadores de acción inmediata, como el salbutamol.

Por otro lado, se pueden realizar pruebas de alergia, con la finalidad de buscar alérgenos ambientales. Si el resultado es positivo a alguno, se puede utilizar también como tratamiento la inmunoterapia, es decir, se puede realizar una vacuna específica para minimizar la reacción al agente ambiental que sea. Aun así, cuando hay un componente alérgico, no siempre se encuentra la causa, ya que puede estar interviniendo un alergeno para el que no exista una prueba concreta de alergia.

Una vez se establece el tratamiento, lo normal es que la sintomatología desaparezca o disminuya, pero aún así, debe mantenerse el tratamiento, ya que aunque clínicamente el gato esté mejor, sigue permaneciendo la inflamación de las vías aéreas. Es necesario seguir acudiendo a la clínica veterinaria, para establecer un control y tratamiento constante, con el fin de evitar la aparición de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Para que puedas reconocer la tos, y sepas cómo colocar el inhalador, te animamos a visualizar este vídeo, de un paciente felino con esta enfermedad.

Mi gato tiene asma, ¿cómo puedo mejorar su calidad de vida?

Si nuestro compañero felino padece la enfermedad, podemos ayudarle por un lado, acudiendo a las revisiones veterinarias y administrando el tratamiento que nos indique el veterinario, pero también es clave mejorar su bienestar mediante el control del entorno.

Este control del entorno se basa en reducir el número de posibles irritantes ambientales que se encuentran en el hogar. Así, es importante no exponer a nuestro gato al humo de tabaco, evitar un exceso de polvo en sus areneros, utilizando arenas en pellets o de sílice, evitar que los areneros sean cerrados, controlar el polvo mediante el uso del aspirador a diario, evitar los ambientadores en spray, productos químicos de limpieza, o el uso de incienso, mantener una higiene frecuente de las zonas de descanso del gato, y evitar la sequedad ambiental, para lo que podemos utilizar humidificadores.

¿Qué sabías sobre esta enfermedad? ¿Conoces a algún gatito que la padezca? ¡Esperamos que esta información te haya resultado útil!

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