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Prurito canino, ¿qué puede causar picor a nuestros animales?

Este signo de malestar que puede disminuir la calidad de vida de nuestros animales, puede tener una etiología variada, y en ocasiones incluso es difícil detectar la causa exacta, convirtiéndose en una pesadilla para propietarios y animales. Para llegar al diagnóstico definitivo puede ser necesario invertir bastante tiempo y dinero, siendo esto una limitación para muchos propietarios, lo que puede significar que nunca se llegue a conocer la causa exacta, y por tanto, que haya que manejar la sintomatología según aparezca pero sin erradicar el origen de raíz.

En este artículo, queremos mostraros lo más relevante en cuanto al prurito de nuestros animales. ¡No te lo pierdas!

¿Cómo podemos detectar que existe picor?

No siempre nuestro perro o gato tiene por qué rascarse con la patita, si no que para aliviar el picor puede hacerlo de otras maneras: mordisqueando la zona con la boca, frotándose contra los muebles y las paredes, arrastrando la zona perineal por el suelo, frotando la cara contra objetos, sacudiendo la cabeza o cuerpo, lamiéndose extremidades, flancos o ingles y, la más común, utilizando sus patas traseras para llegar a la cabeza u otras zonas.

Posibles consecuencias del rascado

Debido al prurito y el rascado, pueden aparecer algunas lesiones primarias o secundarias en la piel de nuestros animales, que en ocasiones incluso agravan el cuadro y perpetúan el problema. Estas lesiones son erosiones, costras, excoriaciones, pápulas o pústulas, liquenificación, o hiperpigmentación.

Además, el picor puede verse perpetuado y agravado con el rascado, o desencadenar una pioderma secundaria, dermatitis, alopecia, mal olor, etc.

Causas más comunes del picor

Una de las primeras causas que debemos descartar es aquella de origen parasitario. Las pulgas pueden ser muy molestas, no solo por las picaduras en sí, si no también por la alergia a esas picaduras que pueden desarrollar algunos animales, lo que aumenta su sensación de picazón en la piel.

Por otro lado, también debemos descartar la presencia de ácaros de la sarna, siendo la más pruriginosa la sarna sarcóptica.

Si el rascado se limita fundamentalmente a la zona de la cabeza y oídos, probablemente exista otitis, la cual puede estar producida por bacterias, levaduras, ácaros, alguna alergia… y cómo no, habrá que encontrar la causa.

Otro motivo por el que nuestro mejor amigo puede desarrollar picor es por la picadura de algún insecto o artrópodo: avispa, abeja, araña, mosquito, etc. Normalmente no produce más que una reacción inflamatoria local, pero si vemos que nuestro compañero tiene mucho dolor o la zona no tiene buen aspecto, debemos acudir al veterinario.

Las alergias son otra causa común de picor en la piel: alergia por contacto, dermatitis atópica, dermatitis por alergia alimentaria,… Las hipersensibilidades suelen ser complicadas de tratar hasta que se detecta la causa, incluso aún conociendo la causa es común que los animales tengan temporadas en que la sintomatología está controlada, y otras en que de nuevo los síntomas se descontrolan, así que es importante seguir las indicaciones veterinarias y acudir a las revisiones.

Otras causas del prurito pueden ser enfermedades sistémicas, autoinmunes como el pénfigo, o tumores. Además, no podemos olvidar que en ocasiones este tipo de sintomatología tiene un origen psicógeno, por lo que puede que sea necesaria la participación de un veterinario etólogo en el manejo del cuadro clínico.

¿Cómo se trata el prurito?

El ideal para instaurar el tratamiento más adecuado es conocer la causa, ya que si por ejemplo, la causa del picor fuese una sarna sarcóptica, eliminando los ácaros también desaparecería el picor. Como hemos comentado anteriormente, no siempre es posible llegar al diagnóstico definitivo, así que habrá que ir adaptando el tratamiento a la sintomatología.

De forma general, existen algunos tratamientos que suelen ir bien sea cual sea la etiología del cuadro: baños frecuentes con champús dermatológicos con efecto calmante e hidratante, desparasitación periódica, mantenimiento del pelo corto y cuidado y la piel hidratada, minimizar la exposición a alérgenos, alimentación equilibrada y saludable, enriquecimiento de la dieta con complementos adecuados para la piel como los ácidos grasos, etc.

Por otro lado, se utilizarán corticoides, antibióticos, antifúngicos, productos de uso tópico (pomadas), antiparasitarios, cambios de dieta, etc según la etiología concreta y necesidad.

Seguro que tu mejor amigo perruno o gatuno ha presentado alguna vez picor, ¿cuál fue su causa? ¡Ahora podrás detectarlo aún mejor!

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