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¿Qué debes tener en cuenta para elegir el rascador de tu gato?

Seguro que se te ocurren varias: protección de ventanas y terrazas, distribución adecuada de comederos, bebederos y areneros, o la creación de zonas en las que pueda utilizar sus uñas, y tenga la posibilidad de subirse a plataformas y estar en altura. Para esta última, elegir un rascador adecuado es fundamental, ya que no todos son iguales, y si no proporcionamos a nuestro gato el que necesita, lo más seguro es que no lo utilice y realice el rascado, hábito esencial para ellos, en otras superficies como el sofá o algún mueble.

¿Quieres saber qué debes tener en cuenta para elegir el mejor rascador para tu compañero felino? ¡Sigue leyendo!

En primer lugar, ¿por qué los gatos necesitan rascar?

En la naturaleza, los felinos van arañando superficies, como árboles, con varios objetivos. Uno de ellos, es el de ir limpiando sus uñas de las capas que ya no sirven, por otro lado, el rascado es necesario para tonificar sus músculos, y también hay un objetivo territorial, y es el de marcar su entorno, visualmente y mediante el olor, ya que al rascar dejan en la superficie sus feromonas, liberadas desde las glándulas interdigitales.

En nuestros hogares, los gatos no tienen árboles en los que poder realizar esta conducta natural, por lo que debemos proporcionarles nosotros algo similar, es decir, un rascador grande y fuerte, que se asemeje a un árbol. De no ser así, utilizarán ese objeto grande y fuerte que ellos crean que puede servirles: la cama, el sofá, una puerta, la esquina de un mueble,… ¡Necesitan rascar, es normal! Para que profundices sobre la importancia de las uñas para nuestros gatos, puedes leer esta entrada antigua de nuestro blog.

¿Cómo debe ser el rascador ideal?

Como comentamos, lo ideal es que el rascador se asemeje lo máximo posible a un árbol. Así, debería ser vertical, tener una base grande y estable, con diferentes plataformas y/o refugios, y de una altura suficiente para que el gato pueda sentirse seguro en su parte superior.

Hoy en día son muchísimos los rascadores que puedes encontrar en el mercado, varían en el color, altura, distribución de las plataformas, forma de los refugios o camas, número de postes de sisal, etc, Puedes elegir el que más te guste, o mejor se adapte al espacio de tu hogar, pero recuerda que siempre debería ser fuerte, estable, y alto.

¿Qué puede fomentar que nuestro gato lo utilice?

Si el rascador es adecuado para cumplir su función, nuestro gato seguro que lo utilizará, pero hay una serie de requisitos que fomentan su uso.

En primer lugar, influye su ubicación. No debemos colocar el rascador en una zona de la casa en la que permanezca demasiado oculto, si no que su lugar debe ser la zona principal de la casa, es decir, aquella donde hagamos vida de familia. Normalmente, esta ubicación ideal es el salón o el comedor, ya que es donde solemos pasar nuestro tiempo de ocio y descanso: vemos la televisión, leemos un libro, comemos, etc. A los gatos les suele gustar estar con nosotros, así que así fomentaremos su uso, no solo como poste rascador, también como zona de descanso para ellos. Como a los gatos les gusta observar su entorno desde una posición elevada, puedes colocar el rascador cerca de una ventana (que siempre esté protegida para evitar que el gato pueda caerse), así podrá cotillear lo que pasa en el exterior de nuestra casa y estar entretenido durante horas.

Por otro lado, es fundamental que la altura permita que nuestro amigo pueda estirarse por completo, si es demasiado corto, de nuevo preferirá rascar sus uñas en algún mueble más grande de la casa.

Muy importante es también, la estabilidad. Algunos rascadores son simples postes, que cuando los gatos son pequeños o muy jóvenes, cumplen perfectamente su función, pero a medida que crecen, les resulta inestable, ya que la base no pesa lo suficiente y cuando el gato araña, se tambalea, por lo que impide que el gato pueda estirarse correctamente y de nuevo, recurren a otras superficies más robustas para realizar su hábito de rascado.

Otro tipo de rascadores que también podemos tener en casa.

El rascador grande siempre debe estar en el hogar, pero podemos complementarlo con otro tipo de rascadores más pequeños, que ayuden a enriquecer el entorno de nuestros compañeros felinos. Existen tablas de rascado, que pueden colocarse en horizontal o vertical, y que son de diferentes materiales, como el cartón o el sisal. Las verticales suelen ser de base estrecha, y de sisal, y son ideales para colgarlas en puntos “conflictivos” de la casa como las esquinas del sofá, o la esquina de algún mueble, en la que nuestro gato ya haya rascado alguna vez.

Podemos también colocar en alguna otra zona de la casa, algún poste de rascado que tenga alguna plataforma o refugio, o incluso que tenga algún accesorio que fomente el juego, como una pelota colgada de una cuerda, para que nuestro amigo tenga más opciones de ocio.

Según sea nuestro hogar, podremos adaptar el enriquecimiento ambiental de una u otra manera, pero lo que siempre debemos tener en cuenta, es que nuestros compañeros felinos necesitan rascar superficies, es un comportamiento natural para ellos, así que debemos permitírselo y fomentarlo, ofreciéndoles alternativas adecuadas y seguras para ellos. Cuéntanos, ¿cómo es el rascador favorito de tu gato?

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